jueves, 27 de agosto de 2015

Iglesia Wasichakuy

Autor: Comuneros de San Francisco.
Sistematización: Víctor Rojas Ayala, Julian Blas Tucto
Una experiencia cultural que difunden las nuevas generaciones y coordinan a través de las redes sociales. Los nativos digitales juegan un rol muy importante.

Iglesia wasichakuy, huaylla tiqray o ropaje del templo San Francisco de Asís del distrito de Marcapata, costumbre única en la región, que se realiza cada cuatro años en el mes de agosto, con la participación de las autoridades de las comunidades campesinas, y la población, quienes desde tiempos coloniales vienen reafirmando su fe con esta ancestral costumbre, llenos de alegría entusiasmo y fe inician la Minka el “repaje del templo”. 
Al compás de la música típica del pito y del tambor, hacen su ingreso apoteósico a la plaza de armas de Marcapata las autoridades comunales, lo mismo que a su vez este momento es encabezado por un personaje que simula el papel de “MULA”, animal que en tiempos de la construcción del templo servía como bestia de carga con sus actitudes extrovertidas y desmesuradas sataniza y atemoriza a los transeúntes que encuentra durante su recorrido por las calles hacia el templo. Al mismo tiempo acompañan a este personaje los patrones, cabrestillo, mayordomo, prioste y las llamas, todos vestidos con sus mejores trajes.
Posteriormente se comienza con el armazón de los horcones y el temple de los lazos fuertemente sujetados desde el techo del templo hasta la superficie, adornados con banderas, flores y algunos tejidos, la soga es insertada en un pequeño madero con tallado y adornado a la usanza andina del cual cuelga una gran campana este es conocido como la “mula”, que sirve como medio de transporte de Qqello huaylla o ichu y otros materiales e incluso la comida y la bebida.
Para empezar la faena primero hay que bajar la cruz en una ceremonia llamada “Apuyaya uraycuy” con mucha fe la santa cruz es descendida del techo del templo hacia la superficie para ser transportado a la casa del mayordomo de marcapata.
De esta manera inicia la fiesta cuya duración es de 5 días llenos de fe en medio de rituales andinos, danzas de la zona, música autóctona, gastronomía local, trabajo duro y personas inolvidables.
Es una muestra o ejemplo de verdadera devoción a las costumbres de su pueblo y mantenerlos vivo a pesar de las vicisitudes de la vida, un ejemplo de trabajo en comunidad.